Description
Información adicional
- Composición
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Cada tableta contiene:
Furosemida……………….40.000 mg
ExcipientesC.s.p………………..1 tableta
Registro Sanitario: 2008-0729
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Cada tableta contiene:
- Acción farmacológica
- La furosemida no se une a los grupos sulfhidrilo de las proteínas renales como hace el ácido etacrínico, sino que parece ejercer su efecto diurético inhibiendo la resorción del sodio y del cloro en la porción ascendiente del asa de Henle. Estos efectos aumentan la excreción renal de sodio, cloruros y agua, resultando una notable diuresis.
- Indicaciones y usos
- Edema por insuficiencia cardiaca, renal o hepática. Hipertensión arterial leve o moderada, especialmente cuando está asociada a insuficiencia cardiaca o renal (vía oral). Edemas subsiguientes a quemaduras.
- Interacciones medicamentosas
- Su efecto diurético disminuye con la administración de antiinflamatorios no esteroidales. Su efecto antihipertensor se potencializa con la administración de IECAs. La ototoxicidad aumenta con la administración de otros agentes ototóxicos como, aminoglucósidos, anfotericina B y cefaloridina. Hay mayor hipopotasemia cuando se administra con anfotericina B o penicilinas sintéticas. En la hipocalcemia inducida por la furosemida, aumenta la toxicidad por digitálicos.
- Contraindicaciones y precauciones
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Debe ser evaluada la relación riesgo beneficio en las siguientes situaciones clínicas: anuria o disfunción renal grave, diabetes mellitus, antecedentes de gota o hiperuricemia, disfunción auditiva, disfunción hepática incluyendo cirrosis y ascitis, infarto agudo al miocardio, antecedentes de pancreatitis e hipersensibilidad a la furosemida.
Generalmente se recomienda un control, periódico de los niveles séricos de sodio, potasio y creatinina durante el tratamiento; se requiere un control cuidadoso de los pacientes que presenten un riesgo alto de desarrollar desequilibrio electrolítico y en casos de pérdida adicional de fluidos significativa (p. ej. debida a vómitos, diarrea o sudoración intensa). Deben corregirse la deshidratación y la hipovolemia así como cualquier alteración electrolítica o del equilibrio ácido base. Esto podría requerir la interrupción del tratamiento con furosemida.Mantener fuera del alcance de los niños.Venta bajo prescripción médica.
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Debe ser evaluada la relación riesgo beneficio en las siguientes situaciones clínicas: anuria o disfunción renal grave, diabetes mellitus, antecedentes de gota o hiperuricemia, disfunción auditiva, disfunción hepática incluyendo cirrosis y ascitis, infarto agudo al miocardio, antecedentes de pancreatitis e hipersensibilidad a la furosemida.
- Reacciones adversas
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La furosemida puede producir una profunda diuresis resultando en una disminución de fluidos y electrolitos, esto ocurre especialmente cuando se administran terapias prolongadas de dosis altas y/o en pacientes con ingesta reducida de Sodio.
También con una vigorosa diuresis, se produce una rápida y excesiva pérdida de peso, puede inducir a hipotensión ortostática o episodios agudos de hipotensión.
Luego de una administración intravenosa o intramuscular de furosemida en dosis que exceden las dosis terapéuticas usual de 20 a 40 mg pueden ocurrir tinnitus, daño auditivo permanente, o sordera reversible. Estos efectos óticos suelen ser más frecuentes en pacientes con daño severo de la función renal y/o en pacientes que están recibiendo otras drogas ototóxicas.
Efectos adversos gastrointestinales producidos por furosemida incluyen náusea, anorexia, vómitos, diarrea, y constipación.
A nivel metabólico, los efectos adversos producidos por furosemida son hiperglicemia y glucosuria, posiblemente como resultante de la hiperkalemia, en pacientes con predisposición a la diabetes.
Los efectos adversos S.N.C. que se pueden producir incluyen vértigo desvanecimiento, cefaleas, visión borrosa, parestesias.
Otros efectos adversos: Anemia, leucopenia, neutropenia, trombocitopenia, reacciones de hipersensibilidad como púrpura, xantopsia, fotosensibilidad, rash, urticaria, pruritos y tromboflebitis.
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La furosemida puede producir una profunda diuresis resultando en una disminución de fluidos y electrolitos, esto ocurre especialmente cuando se administran terapias prolongadas de dosis altas y/o en pacientes con ingesta reducida de Sodio.
- Dosis y vía de administración
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Salvo prescripción contraria, se recomienda administrar las siguientes dosis: por lo general, se inicia el tratamiento con ½-1 hasta 2 tabletas diarios en los adultos; dosis de sostenimiento: ½ hasta 1 tableta diario. Lactantes y niños: en principio se puede administrar por vía oral.
Dosis recomendada: 2 mg de furosemida por kg de peso. No se recomiendan dosis sobre los 6 mg/kg de peso. Administración: las tabletas se ingieren en ayunas sin masticar y con suficiente cantidad de líquido. La duración del tratamiento será fijada por el médico y se rige por el tipo y gravedad de la enfermedad.
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Salvo prescripción contraria, se recomienda administrar las siguientes dosis: por lo general, se inicia el tratamiento con ½-1 hasta 2 tabletas diarios en los adultos; dosis de sostenimiento: ½ hasta 1 tableta diario. Lactantes y niños: en principio se puede administrar por vía oral.
- Sobredosificación
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El cuadro clínico en sobredosis agudas o crónicas depende primordialmente del grado y consecuencias de la pérdida de electrolitos y líquidos, como, por ejemplo, hipovolemia, deshidratación, hemoconcentración, arritmias cardiacas (incluyendo bloqueo A-V y fibrilación ventricular).
Los síntomas de estos desórdenes incluyen hipotensión severa (que puede progresar hasta el choque), falla renal aguda, trombosis, estados de delirio, parálisis flácida, apatía y confusión. No se conoce antídoto específico alguno para la furosemida. Si la ingestión sólo acaba de tener lugar, pueden efectuarse intentos para limitar la absorción sistémica del ingrediente activo, mediante medidas como el lavado gástrico o las diseñadas para reducir la absorción (como, por ejemplo, el uso de carbón activado). Deben corregirse los desórdenes clínicamente relevantes en el equilibrio electrolítico y de los líquidos. Junto con la prevención y el tratamiento de las complicaciones serias resultantes de tales desórdenes y de otros efectos en el cuerpo, esta acción correctiva puede llegar a necesitar monitoreo médico general y específico intensivo y medidas terapéuticas.
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El cuadro clínico en sobredosis agudas o crónicas depende primordialmente del grado y consecuencias de la pérdida de electrolitos y líquidos, como, por ejemplo, hipovolemia, deshidratación, hemoconcentración, arritmias cardiacas (incluyendo bloqueo A-V y fibrilación ventricular).